El equipo humano de la Clínica Josefina Arregui lleva más de veinticinco años comprometido con una misión: mejorar la calidad de vida de personas mayores que padecen deterioro cognitivo o demencia (enfermedad de Alzheimer, demencia por cuerpos de Lewy, demencia frontotemporal…), o bien diferentes trastornos psiquiátricos (depresión, ansiedad, trastornos obsesivos…) que pueden estar asociados o no al deterioro cognitivo.
Desde 2017 la Clínica Josefina Arregui también ofrece asistencia a adultos mayores sin deterioro cognitivo o demencia en nuestros Servicios de Recuperación de la Autonomía.
Calidad de vida en ancianos es hablar de autonomía, de vivir de manera independiente en nuestro domicilio, de mantener nuestras relaciones familiares y sociales y, en definitiva, de seguir sintiéndonos vivos, conectados.
Las personas en todos los rangos de edad (niños, jóvenes, adultos, ancianos) tenemos diferentes necesidades (sociales, de alimentación, de movilidad…) y precisamos cuidados, nadie es completamente independiente. El tipo de cuidados que necesitamos varía a lo largo de la vida, siendo más complejos a medida que aparecen enfermedades.
En los adultos mayores las enfermedades, incluso banales, pueden causar pérdida de autonomía. En las personas con demencia este hecho es más notorio, ya que la propia enfermedad va a ocasionar una pérdida progresiva de autonomía.
La pérdida de autonomía es una de las principales causas de pérdida de calidad de vida que, como las fichas de un dominó, va a repercutir en el aumento de las necesidades de cuidados y por tanto en la organización familiar, en la propia autoestima, en el empeoramiento de otras enfermedades (respiratorias, articulares…), en la vida social y en la conexión con la comunidad, siendo en ocasiones la causa de ingreso en una residencia.
Por ello nuestra metodología de trabajo tiene un “enfoque funcional”, es decir: todas las acciones (médicas, del equipo de enfermería, del equipo de auxiliares de enfermería, de terapia ocupacional fisioterapia y psicología) deben enfocarse paralelamente en resolver el problema que motiva la consulta o el ingreso hospitalario, y en recuperar o mejorar la autonomía para tratar de “frenar la caída de las piezas de dominó”.
Los pacientes que ingresan en nuestra Unidad de Hospitalización son personas frágiles, es decir, con alto riesgo de desarrollar efectos secundarios con medicamentos y de perder autonomía, tienen enfermedades cardiológicas, respiratorias, circulatorias, infecciosas… además de la propia demencia y presentan alteraciones graves de conducta. Abordar y tratar a pacientes que tienen estas particularidades, requiere disponer de un equipo técnico altamente cualificado.
El equipo humano de la Clínica Josefina Arregui acumula más de veinte años de conocimiento y experiencia en el abordaje conductual y funcional de los pacientes con demencia, lo cual supone un gran compromiso, esfuerzo y dedicación. Este enfoque conductual y funcional es posible gracias a la implicación y el buen hacer de todo nuestro equipo, que afronta con paciencia y empatía situaciones complicadas en el día a día.
Los pilares en los que se basa nuestra metodología de trabajo son:
- Considerar la conducta como un modo de comunicación del paciente.
La aparición en el paciente de irritabilidad, enfados desproporcionados, ansiedad… responden a una necesidad no satisfecha, sentirse molesto, no comprender lo que sucede a su alrededor, o entre otros aspectos a la frustración por no ser capaz de expresarse.
Entendemos que los problemas de conducta no son responsabilidad del paciente. Si la persona no tuviese la enfermedad no se expresaría de esa manera (no se desnudaría en la calle, no gritaría al bañarle…), no existiría el problema de conducta. Así cuando un paciente insulta su intención no es vejar o menospreciar, si responde con agresividad su intención no es hacerlo de esa manera… No juzgamos a los pacientes por estas conductas. - Toda conducta tiene un origen. Conocer el origen de la conducta, o aproximarnos a éste lo más posible, permite programar tratamientos farmacológicos y no farmacológicos específicos para cada persona. No existen soluciones válidas para todos los pacientes aunque en apariencia tengan “el mismo trastorno de conducta”.
En la Clínica Josefina Arregui realizamos el estudio del origen de la conducta de manera multidisciplinar. Cada profesional realiza una valoración específica que posteriormente pone en común con los restantes miembros del equipo, estableciéndose objetivos y estrategias de manera interdisciplinar.
Para dilucidad el origen de los trastornos de conducta, en cada paciente realizamos una valoración sistemática de los siguientes aspectos:- El estudio de la personalidad previa del paciente, su vida laboral, relaciones familiares y sociales o cómo ha afrontado circunstancias adversas.
- Si ha tenido problemas como ansiedad o depresión.
- Cómo empezó la enfermedad (demencia) y cómo ha ido evolucionando, su capacidad para realizar el autocuidado, o bien si ha abandonado o no actividades placenteras y en qué contexto.
- El tipo de demencia, los fármacos que toma o ha tomado (algunos pueden causar problemas de conducta y/o autonomía).
- Otras enfermedades que tenga el paciente (cardiológicas, respiratorias, circulatorias…) y la presencia de síndromes geriátricos.
- El abordaje conductual de las alteraciones del comportamiento (cómo responden, qué “funciona y qué no”), además de compensar la conducta, es una fuente fundamental de información que facilita comprender el origen de la conducta e implementar medidas específicas en cada paciente.
- Manejo conductual. Priorizamos el manejo conductual y los tratamientos no farmacológicos sobre el farmacológico, minimizando al utilización de “medicaciones de rescate”. El equipo de la Clínica Josefina Arregui, especialmente los miembros que trabajan a “pie de cama” (enfermería, auxiliares de enfermería, terapia ocupacional, fisioterapia), está especializado el abordaje conductual y funcional de los pacientes, siendo una pieza clave en la resolución de las alteraciones de conducta.
- Alta sensibilidad por la yatrogenia farmacológica (daño causado por un fármaco). Búsqueda activa de fármacos con impacto cognitivo y funcional, así como de cascadas farmacológicas y su forma de presentación clínica en el anciano.
- Protocolos de actuación propios, específicos. Disponemos de diferentes protocolos, entre ellos: protocolo de prevención del deterioro funcional y movilización precoz, manejo no farmacológico del sueño, prevención del síndrome confusional, disfagia, de prevención de deshidratación, etc.
- Realización de planes de actuación interdisciplinares con objetivos clínicos, funcionales, nutricionales, de adaptación del entorno y sociales.
- Intelectualización e instrumentalización del concepto de función y “rehabilitación 24 horas”. Todo el personal que asiste al paciente (auxiliares, enfermeras, médicos…) está entrenado en técnicas de movilización segura y prevención de caídas. El equipo también se encuentra especializado en el “re-entrenamiento” de actividades como el vestido, el aseo, la ducha… evitando suplencias innecesarias.
- Reuniones interdisciplinares tres veces por semana, en la Unidad de Hospitalización y Centro de día.
- Homogeneidad médica. Cada médico especialista (neurólogo, psiquiatra, geriatra) aporta a cada paciente el conocimiento específico de su especialidad. Las tres especialidades comparten modelos de funcionamiento conjuntos, protocolizados, y realizan valoración geriátrica integral.
- Intervención precoz de la trabajadora social. Da respuesta a las distintas necesidades sociales de la persona mayor y de su familia, informándoles, asesorándoles y orientándoles en cada fase de la enfermedad.
- Integración de las familias en los planes de cuidados y formación de las mismas “a pie de cama” y en “espacios reales”.
- Implicación en la gestión clínica.